martes, 17 de diciembre de 2013

Las falsificaciones y la pirateria


Es importante que la sociedad tome conciencia del daño que produce la compra-venta de falsificaciones y como el entorno influye al consumidor a la hora de decidir comprar o no un producto de imitación.

El fenómeno de la Pirateria perjudica los Derechos de Propiedad Industrial y Propiedad Intelectual. Lesiona la actividad creativa del país, destruye puestos de trabajo y deteriora el desarrollo económico, limitando su crecimiento. Este fenómeno favorece al crimen organizado, a las mafias e incluso al terrorismo. No debemos olvidar que al comprar imitaciones colaboramos con la proliferación de escenarios de competencia desleal, pues introducimos productos de baja calidad en el país, que es uno de los signos clave para evaluar la competitividad.


 En la Jornada “Desvirtualizando a Yo Soy Original” organizada por la Oficina Española de Patentes y Marcas en colaboración con ANDEMA tuve el placer de compartir mesa redonda junto a excelentes profesionales como Mónica Castilla Jefe  del  Área  de   Difusión,   Comunicación   y   Relación   con   la   Empresa de la OEPM, Marisa González Subdirectora General de Gestión Aduanera (AEAT), Jesús  Martín Representante  del  Cuerpo  Nacional  de  Policía, o Miguel  Angel  Ortego,  en  representación  de  POLO  RALPH  LAUREN, entre otros.

Una interesante reunión de profesionales unidos para promocionar la cultura de la ilegalidad en la compra-venta de falsificaciones, que nos permitió reflexionar sobre los medios más adecuados para combatirla en el mercado nacional. Entre todos aunando esfuerzos lograremos que sea rechazado este ilícito.

Pero ¿qué impulsa al consumidor comprar un producto falso?




Dos recientes estudios fueron presentados en la Jornada uno, dirigido por Juan de Lucio Director del Departamento de estudios del Consejo Superior de Cámaras de Comercio sobre “La actitud del consumidor frente a las falsificaciones” encargado por la OEPM Y ANDEMA; y otro presentado por Nicole Semjevski, Responsable  del  Área    de  Operaciones  y  Proyectos   del   Observatorio   Europeo   sobre   Infracciones   de   Derechos   de   Propiedad   Intelectual “Los   ciudadanos   europeos   y   la   Propiedad   Intelectual   e   Industrial:   percepción,  concienciación  y  conducta”.

De estos estudios pudimos conocer cifras y sacar conclusiones muy interesantes.

El 12,4% de la población declara haber consumido falsificaciones en 2012. Es decir, solemos reconocer cuando estamos ante un producto falsificado y, a pesar de ello, compramos el producto a sabiendas.



Uno de cada tres ciudadanos señala conocer en su entorno personas que compran falsificaciones. El entorno nos influye de tal modo que, si mi entorno rechaza la compra de falsificaciones yo tendré menos disposición a comprar una falsificación.
En cuanto a los factores que los compradores tenemos mas en cuenta a la hora de comprar falsificaciones son: por un lado el precio y la utilidad similar al original. En un segundo nivel de factores encontramos la curiosidad, una calidad similar, la moda o el prestigio. Siendo el publico adolescente el mayor consumidor de productos falsos.


Los mercadillos y los rastros continúan siendo los lugares más frecuentes de compra-venta de falsificaciones, y el principal centro de distribución tanto para la adquisición consciente de las falsificaciones como la compra involuntaria.

El “Top Manta” es el segundo canal de distribución de productos falsos. Todo ello aderezado de un acto socialmente aceptado, en el que se mezclan sentimientos compasivos, en muchas ocasiones a favor del inmigrante sin papeles. Esta es una estrategia dirigida por organizaciones ilegales y mafias perfectamente organizadas que utilizan a los más desfavorecidos y manipulan al consumidor, permitiendo que olvidemos los efectos negativos que provoca esta actividad ilegal en el comercio. 



El 90% de las falsificaciones reduce la recaudación de las AAPP, crea problemas para las PYME, reduce la innovación, destruye el empleo, atenta contra la salud y es una actividad relacionada con el crimen organizado siendo este último dato el señalado por el 73% de la población.  Sin darnos cuenta olvidamos que detrás de la fabricación de un articulo falso, favorecemos el tráfico de drogas y la explotación infantil. No debemos olvidar que el que hoy viola uno de tantos derechos de Propiedad Industrial vulnerados, podría convertirse en la víctima de mañana.

Por eso desde el punto de vista del consumidor, ¿por qué a pesar de ser conscientes de los daños que provoca este consumo resulta atractivo comprar algo falso? Os invito a reflexionar.

Los resultados de los estudios señalan que el gasto total en falsificaciones de la economía española asciende a casi 1.000 millones de euros, lo que supone un 0,1 % del PIB.

En la Jornada estuvimos analizando como reducir la adquisición de falsificaciones para evitar la “tentación compra” mediante  la concienciación social. En mi opinión, es imprescindible que la sociedad ayude a condenar esta situación de marginación y explotación. Debemos insistir en que la compra de falsificaciones es altamente perjudicial, y la compra de productos falsificados debería generar un profundo rechazo social en nuestro entorno social.

No debemos olvidar que los segmentos más afectados por las falsificaciones son: los artículos de vestir, la cosmética, la marroquinería, los complementos, el sector deportivo, el calzado, la relojería, la joyería y la bisutería. Es muy importante saber la importancia de la fiabilidad de ese producto falsificado pues el producto de marca debería garantizar el estilo de vida deseado.

Paralelamente nos topamos con los titulares de las marcas que son falsificadas yque ven copiados sus productos. Siguiendo con mi exposición en la Jornada, considero que no debemos olvidar que deben ser los titulares de sus propias marcas los que tomen medidas para combatir la piratería, bien combinando las medidas legales para la defensa de su marca, como adquiriendo derechos sobre sus propios productos mediante el registro de la marca, diferenciando su producto en el mercado. Si tu marca es lo suficientemente diferente en el mercado será mas difícil que otros la copien.


Muchas marcas falsificadas hasta la saciedad como LV o Ralph Lauren han acercado al consumidor medio sus productos. Lo que algunos llaman “democratización del lujo”. De este modo, el consumidor prefiere comprar el producto original pues la copia ya no sale tan “rentable”, y entre ambos la diferencia de precio es mínima. Es muy importante no olvidar que la calidad de tu producto unido a “el saber hacer” debe convencer al consumidor. De este modo, la copia siempre será rechazada, su calidad será valorada y el consumidor será quien rechace directamente la copia, en cualquier caso.

A su vez, los titulares de los productos deberían colaborar con las autoridades tanto nacionales como internacionales y agencias de monitorización del uso en Internet, para limitar que se propague la piratería y demostrar que llevar a cabo estas acciones ilegales comporta consecuencias jurídicas reales. Para ello deberían acudir a las autoridades aduaneras, judiciales y policiales para detectar productos falsificados  y dispositivos infractores.



También el imperio chino estuvo presente en nuestras reflexiones. China sigue siendo el origen por excelencia de las falsificaciones junto con Marruecos o Hong Kong. Por ello si se desea exportar un producto a estos países no debemos olvidar protegerlo en el país destinado a su comercialización, acudiendo a expertos en Propiedad Industrial para adquirir derechos en el país de destino, ya que en caso contrario estamos expuestos a ser copiados si el producto es bueno.  Proteger la marca correctamente y establecer una estrategia adecuada de protección en Propiedad Industrial hará que sea más difícil que otros copien tu producto.